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«Posiblemente el humor sea tan importante en un equipo como las capacidades técnicas» Alberto Muelas, Director de Sostenibilidad en Kreab

Entrevistas personales a directivos para inspirarnos con su experiencia. Las mismas preguntas para todos, diferentes respuestas.

Nominado por Beatriz Sánchez Guitián.

¿Cuál es el mejor consejo que alguien te ha dado?
Hay dos tipos de problemas: los que tienen solución, o sea que en realidad no son problemas porque puedes solucionarlos; y los que no tienen solución, que tampoco son problemas porque solo te queda aceptar la situación. En realidad los problemas no existen.

¿Qué consejo nos darías?
No aceptes consejos de desconocidos.

Una cualidad indispensable para liderar…
La verdad es que sobre un líder me preocupa menos el cómo y bastante más el para qué. Tengo la impresión de que hay demasiados libros que describen qué hay que hacer para ser un líder, pero muy pocos que describan para qué hace falta ser un líder. Damos demasiada importancia a las personas que quieren ser líderes y prestamos poca atención a las personas que intentan, genuinamente, hacer de este mundo un lugar mejor para los demás. La primera cualidad del líder debería ser querer hacer algo de provecho para el resto de las personas.

Qué libro, podcast, canal de Youtube o contenido nos recomiendas…
La serie The Office. La he visto entera dos veces y no me canso. Resulta inevitable buscar parecidos con compañeros de trabajo. Me río a carcajadas.

¿Qué personaje histórico te gustaría tener en tu equipo?
Sin desmerecer a ninguna de las personas de mi actual equipo, que son todas unas fuera de serie, me encantaría poder tener la oportunidad de conocer a Leonardo DaVinci, Ada Lovelace, Eunice Newton Foote, Marie Curie, Howard Bowen o Nelson Mandela, entre otros. También incluiría a Robin Williams o Gene Wilder. Posiblemente el humor sea tan importante en un equipo como las capacidades técnicas.

¿Has tenido siempre claro tu objetivo profesional?
Está en permanente evolución. El entorno, el mercado y las personas cambian, y afecta a mi forma de entender la profesión e incluso a la forma de entenderme a mí mismo como persona. Por otro lado, la situación familiar o personal también condiciona en muchas ocasiones los objetivos que quieres fijarte en los distintos ámbitos de tu vida.

Lo único que hasta ahora no ha cambiado son las ganas de seguir aprendiendo y de disfrutar con las personas y los proyectos.
Nunca he sido una persona especialmente ambiciosa en términos de carrera. Lo único que siempre he querido es no mirar hacia atrás con remordimientos; y de momento no se me está dando mal del todo.

¿Cuál es la app más curiosa que tienes en tu móvil?
El último libro que he leído se llama “How to prepare for climate change” de David Pogue. Haciendo caso al autor, me he instalado varias aplicaciones en el móvil dentro de una carpeta que he llamado “WTSHTF”. Es un acrónimo en inglés y dejaré a los lectores que descubran el significado en Google. No sé si es paranoia o precaución o un poco de ambas, pero son varias aplicaciones para prevenir y estar preparados ante una eventual emergencia de las que, posiblemente, vayamos a tener más como consecuencia del cambio climático.

¿Qué presupone la gente sobre ti, y no es así?
No sé si cuenta, pero normalmente la gente me echa menos años de los que realmente tengo. Si otra presunción alguna vez no ha llegado a ser cierta, nunca me lo han llegado a confesar. Prefiero pensar que, salvo por la edad, resulto bastante transparente y honesto para la gente. Esa es mi intención, al menos.

¿Cuál crees que será la próxima revolución en tu sector?
Estoy en el sector de la sostenibilidad… Supongo que nuestro sector es la próxima revolución en sí mismo. Las tendencias que observamos en relación con el clima, los recursos, la biodiversidad, la desigualdad, la demografía y la salud van a causar cambios disruptivos en la forma en la que concebimos la sociedad, la economía o las empresas.

Las compañías deben adoptar una actitud abierta y prepararse para estos cambios. Las empresas de éxito serán aquellas que mejor se sepan adaptar a un entorno regulatorio, relacional y natural fuertemente dinámico y crecientemente exigente y complejo.

¿Cuál es la última canción que has escuchado o recuerdas?
Suelo estar escuchando música todo el tiempo, o sea que la lista sería larga. En las últimas semanas he introducido a mi hija de seis años al mundo de Led Zeppelin y estos días tenemos bastante fijación por «Good times, bad times» del concierto en el O2 Arena de 2007. Me quedo con esa.

Cuéntanos alguna vez que hayas metido la pata en el trabajo…
No hay terabytes suficientes en el planeta como para poder almacenar mi respuesta. Doy gracias al revisor ortográfico que me ha permitido sacar este artículo adelante sin erratas… – creo -.

Lo que puedo compartir son mis lecciones aprendidas, que son dos:

  1. Cuando involucro a mis compañeros, me equivoco menos.

    Conocer distintos puntos de vista me ayuda a entender mejor los problemas. El hecho de que la responsabilidad de tomar una decisión recaiga en uno, no da derecho a ser soberbio y actuar como si supieras todas las respuestas cuando, en realidad, nadie las tiene. Además, es injusto no involucrar en las decisiones a aquellos que sufrirán sus consecuencias.
  2. Criticar a otros por sus errores les hace menos tolerantes hacia tus propias meteduras de pata.

    Da por supuesto que te vas a equivocar; mucho y, en algunas ocasiones, a lo grande. La reacción de los demás dependerá de cómo hayas reaccionado tú antes a sus errores. La mayor parte de la gente es responsable y se autocastiga lo suficiente cuando se equivoca como para que sea innecesario reprochárselo. Crea un ambiente de trabajo tolerante hacia los errores. Es infinitamente más fácil arreglar un problema técnico que la autoestima, la confianza y el ambiente de un equipo. Lo importante ante un problema es buscar una solución, no buscar culpables. Cuando llegue el día en el que seas tú el que cometa el error, agradecerás que la cultura sea así.

¿Qué admiras y no toleras en una persona?
Admiro mucho la inteligencia, el sentido del humor y el control emocional, entendido como la capacidad de expresar sentimientos sin que generen tensión en los demás.

Me imagino que, como muchos otros, ocasionalmente me he encontrado con determinadas personas con comportamiento, a mi juicio, tóxico. Afortunadamente, han sido una minoría a lo largo de mi carrera, pero me producía frustración porque no era capaz de entender las motivaciones de esas personas. Así que empecé a leer sobre este tipo de conductas. Mi sorpresa fue “descubrir” el concepto de los psicópatas subclínicos. Se trata de psicópatas en toda regla que, sin embargo, consiguen disimular lo suficiente sus síntomas como para vivir perfectamente integrados en la sociedad. Los números varían mucho pero en algunos artículos llegué a leer que el 10% de la población podrían ser psicópatas subclínicos no diagnosticados. Y parece que este tipo de perfiles están especialmente concentrados en puestos de dirección y gestión de grandes empresas porque, de alguna forma, la gestión de talento de este tipo de organizaciones favorece el desarrollo profesional de los psicópatas.

En lo que los expertos parecen coincidir es en cómo reaccionar ante un psicópata: lo único que funciona es la huida. Cuanto más lejos, mejor. He aprendido la lección y cuando veo síntomas compatibles con los de los psicópatas, prefiero huir. Esa es mi mayor intolerancia.

¿Cuál es la decisión más valiente que has tomado en tu vida?
Me considero privilegiado porque me ha tocado vivir en un entorno social altamente benévolo. Nunca me he tenido que enfrentar a una decisión que supusiera un riesgo severo hacia otras personas o hacia mí mismo. Si en algún caso he sido valiente, ha sido el tipo de valentía cotidiana de tener que enfrentarse al miedo a equivocarse o a exponerse al juicio de terceros o de apoyar a otras personas víctimas de situaciones injustas. No es nada sobre lo que poder escribir un libro, pero lo suficiente para tener una conciencia tranquila.

¿Cuál es el primer momento que recuerdas en tu vida?
Tengo varios recuerdos de mi infancia, pero la verdad es que no sé cuál es el primero cronológicamente. Me recuerdo mucho jugando con Playmobil y con Lego, especialmente.

¿A qué tres directivos/as te gustaría nominar?
Gemma Giner Pardo, Senior Advisor Sostenibilidad, Energía y Medioambiente en Kreab España.

Elena de la Mata, Directora Comunicación Interna en Kreab España.

Carlos Martínez Alonso, CSIC en Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

«Posiblemente el humor sea tan importante en un equipo como las capacidades técnicas» Alberto Muelas, Director de Sostenibilidad en Kreab

Entrevistas personales a directivos para inspirarnos con su experiencia. Las mismas preguntas para todos, diferentes respuestas.

Nominado por Beatriz Sánchez Guitián.

¿Cuál es el mejor consejo que alguien te ha dado?
Hay dos tipos de problemas: los que tienen solución, o sea que en realidad no son problemas porque puedes solucionarlos; y los que no tienen solución, que tampoco son problemas porque solo te queda aceptar la situación. En realidad los problemas no existen.

¿Qué consejo nos darías?
No aceptes consejos de desconocidos.

Una cualidad indispensable para liderar…
La verdad es que sobre un líder me preocupa menos el cómo y bastante más el para qué. Tengo la impresión de que hay demasiados libros que describen qué hay que hacer para ser un líder, pero muy pocos que describan para qué hace falta ser un líder. Damos demasiada importancia a las personas que quieren ser líderes y prestamos poca atención a las personas que intentan, genuinamente, hacer de este mundo un lugar mejor para los demás. La primera cualidad del líder debería ser querer hacer algo de provecho para el resto de las personas.

Qué libro, podcast, canal de Youtube o contenido nos recomiendas…
La serie The Office. La he visto entera dos veces y no me canso. Resulta inevitable buscar parecidos con compañeros de trabajo. Me río a carcajadas.

¿Qué personaje histórico te gustaría tener en tu equipo?
Sin desmerecer a ninguna de las personas de mi actual equipo, que son todas unas fuera de serie, me encantaría poder tener la oportunidad de conocer a Leonardo DaVinci, Ada Lovelace, Eunice Newton Foote, Marie Curie, Howard Bowen o Nelson Mandela, entre otros. También incluiría a Robin Williams o Gene Wilder. Posiblemente el humor sea tan importante en un equipo como las capacidades técnicas.

¿Has tenido siempre claro tu objetivo profesional?
Está en permanente evolución. El entorno, el mercado y las personas cambian, y afecta a mi forma de entender la profesión e incluso a la forma de entenderme a mí mismo como persona. Por otro lado, la situación familiar o personal también condiciona en muchas ocasiones los objetivos que quieres fijarte en los distintos ámbitos de tu vida.

Lo único que hasta ahora no ha cambiado son las ganas de seguir aprendiendo y de disfrutar con las personas y los proyectos.
Nunca he sido una persona especialmente ambiciosa en términos de carrera. Lo único que siempre he querido es no mirar hacia atrás con remordimientos; y de momento no se me está dando mal del todo.

¿Cuál es la app más curiosa que tienes en tu móvil?
El último libro que he leído se llama “How to prepare for climate change” de David Pogue. Haciendo caso al autor, me he instalado varias aplicaciones en el móvil dentro de una carpeta que he llamado “WTSHTF”. Es un acrónimo en inglés y dejaré a los lectores que descubran el significado en Google. No sé si es paranoia o precaución o un poco de ambas, pero son varias aplicaciones para prevenir y estar preparados ante una eventual emergencia de las que, posiblemente, vayamos a tener más como consecuencia del cambio climático.

¿Qué presupone la gente sobre ti, y no es así?
No sé si cuenta, pero normalmente la gente me echa menos años de los que realmente tengo. Si otra presunción alguna vez no ha llegado a ser cierta, nunca me lo han llegado a confesar. Prefiero pensar que, salvo por la edad, resulto bastante transparente y honesto para la gente. Esa es mi intención, al menos.

¿Cuál crees que será la próxima revolución en tu sector?
Estoy en el sector de la sostenibilidad… Supongo que nuestro sector es la próxima revolución en sí mismo. Las tendencias que observamos en relación con el clima, los recursos, la biodiversidad, la desigualdad, la demografía y la salud van a causar cambios disruptivos en la forma en la que concebimos la sociedad, la economía o las empresas.

Las compañías deben adoptar una actitud abierta y prepararse para estos cambios. Las empresas de éxito serán aquellas que mejor se sepan adaptar a un entorno regulatorio, relacional y natural fuertemente dinámico y crecientemente exigente y complejo.

¿Cuál es la última canción que has escuchado o recuerdas?
Suelo estar escuchando música todo el tiempo, o sea que la lista sería larga. En las últimas semanas he introducido a mi hija de seis años al mundo de Led Zeppelin y estos días tenemos bastante fijación por «Good times, bad times» del concierto en el O2 Arena de 2007. Me quedo con esa.

Cuéntanos alguna vez que hayas metido la pata en el trabajo…
No hay terabytes suficientes en el planeta como para poder almacenar mi respuesta. Doy gracias al revisor ortográfico que me ha permitido sacar este artículo adelante sin erratas… – creo -.

Lo que puedo compartir son mis lecciones aprendidas, que son dos:

  1. Cuando involucro a mis compañeros, me equivoco menos.

    Conocer distintos puntos de vista me ayuda a entender mejor los problemas. El hecho de que la responsabilidad de tomar una decisión recaiga en uno, no da derecho a ser soberbio y actuar como si supieras todas las respuestas cuando, en realidad, nadie las tiene. Además, es injusto no involucrar en las decisiones a aquellos que sufrirán sus consecuencias.
  2. Criticar a otros por sus errores les hace menos tolerantes hacia tus propias meteduras de pata.

    Da por supuesto que te vas a equivocar; mucho y, en algunas ocasiones, a lo grande. La reacción de los demás dependerá de cómo hayas reaccionado tú antes a sus errores. La mayor parte de la gente es responsable y se autocastiga lo suficiente cuando se equivoca como para que sea innecesario reprochárselo. Crea un ambiente de trabajo tolerante hacia los errores. Es infinitamente más fácil arreglar un problema técnico que la autoestima, la confianza y el ambiente de un equipo. Lo importante ante un problema es buscar una solución, no buscar culpables. Cuando llegue el día en el que seas tú el que cometa el error, agradecerás que la cultura sea así.

¿Qué admiras y no toleras en una persona?
Admiro mucho la inteligencia, el sentido del humor y el control emocional, entendido como la capacidad de expresar sentimientos sin que generen tensión en los demás.

Me imagino que, como muchos otros, ocasionalmente me he encontrado con determinadas personas con comportamiento, a mi juicio, tóxico. Afortunadamente, han sido una minoría a lo largo de mi carrera, pero me producía frustración porque no era capaz de entender las motivaciones de esas personas. Así que empecé a leer sobre este tipo de conductas. Mi sorpresa fue “descubrir” el concepto de los psicópatas subclínicos. Se trata de psicópatas en toda regla que, sin embargo, consiguen disimular lo suficiente sus síntomas como para vivir perfectamente integrados en la sociedad. Los números varían mucho pero en algunos artículos llegué a leer que el 10% de la población podrían ser psicópatas subclínicos no diagnosticados. Y parece que este tipo de perfiles están especialmente concentrados en puestos de dirección y gestión de grandes empresas porque, de alguna forma, la gestión de talento de este tipo de organizaciones favorece el desarrollo profesional de los psicópatas.

En lo que los expertos parecen coincidir es en cómo reaccionar ante un psicópata: lo único que funciona es la huida. Cuanto más lejos, mejor. He aprendido la lección y cuando veo síntomas compatibles con los de los psicópatas, prefiero huir. Esa es mi mayor intolerancia.

¿Cuál es la decisión más valiente que has tomado en tu vida?
Me considero privilegiado porque me ha tocado vivir en un entorno social altamente benévolo. Nunca me he tenido que enfrentar a una decisión que supusiera un riesgo severo hacia otras personas o hacia mí mismo. Si en algún caso he sido valiente, ha sido el tipo de valentía cotidiana de tener que enfrentarse al miedo a equivocarse o a exponerse al juicio de terceros o de apoyar a otras personas víctimas de situaciones injustas. No es nada sobre lo que poder escribir un libro, pero lo suficiente para tener una conciencia tranquila.

¿Cuál es el primer momento que recuerdas en tu vida?
Tengo varios recuerdos de mi infancia, pero la verdad es que no sé cuál es el primero cronológicamente. Me recuerdo mucho jugando con Playmobil y con Lego, especialmente.

¿A qué tres directivos/as te gustaría nominar?
Gemma Giner Pardo, Senior Advisor Sostenibilidad, Energía y Medioambiente en Kreab España.

Elena de la Mata, Directora Comunicación Interna en Kreab España.

Carlos Martínez Alonso, CSIC en Consejo Superior de Investigaciones Científicas.