«Sustituye la queja por poner el foco en transformar las cosas» Nieves Cifuentes, Responsable de Medio Ambiente y Sostenibilidad en Naturgy
Nominada por Elena Blanco.
¿Cuál es el mejor consejo que alguien te ha dado?
El mejor consejo que me han dado es aprender a no hacer nada. Soy muy activa y tiendo a la multitarea, así que me sigue costando seguirlo. Pero lo cierto es que encontrar momentos de calma me ayuda a reconectar conmigo misma y a reflexionar con serenidad para saber que voy en la dirección adecuada.
¿Qué consejo nos darías?
Hay una frase que me gusta mucho: aquello en lo que te concentras crece, aquello en lo que piensas se expande, aquello por lo que te preocupas determina tu destino. En este sentido, el consejo sería sustituir la queja por poner el foco en transformar las cosas que no nos gustan, dejándonos guiar por nuestros valores.
Una cualidad indispensable para liderar…
Si me tuviera que quedar con una, elegiría la empatía. Liderar va de personas, de lograr que disfruten trabajando con un propósito común. Y para conseguirlo es necesario preocuparse por ellas, saber qué las mueve y ayudarlas a progresar. Además, en estos tiempos tan cambiantes, creo que también es imprescindible tener visión global, flexibilidad para adaptarse a los cambios y, por supuesto, actitud positiva.
Qué libro, podcast, canal de Youtube o contenido nos recomiendas…
Os voy a recomendar un par de ensayos interesantes y amenos de aquellos que se leen de un tirón. El primero es “El universo en un junco”, imprescindible para todos los que amamos los libros. Irene Vallejo, su autora, nos va llevando de la mano a través de la historia de la escritura, de los papiros, de las primeras bibliotecas… y nos cuenta con emoción cómo los libros han sido la correa de transmisión de las ideas a lo largo del tiempo.
El segundo es “Utopía para realistas”, de Rutger Bregman, uno de los jóvenes pensadores más interesantes del momento. Este libro es una reflexión sobre la globalización y el progreso a través de la historia, la filosofía y la economía. Utiliza los datos de manera magistral para exponernos ideas frescas y plantearnos soluciones bastante rompedoras. También soy muy fan de los podcasts. Entre mis favoritos están «Fitness Revolucionario» sobre salud y ejercicio o las encantadoras entrevistas de «La observadora».
¿Qué personaje histórico te gustaría tener en tu equipo?
A mi abuela. Aunque por las difíciles condiciones en las que vivió no pudo aprender a leer, era una mujer con una gran inteligencia natural. Tenía mucha resiliencia, nunca caía en la queja y transmitía una energía desbordante. Todas estas son cualidades que admiro y que creo que son imprescindibles a todos los niveles, tanto en la vida profesional como en la personal. Además, era la mejor cocinera del mundo.
¿Has tenido siempre claro tu objetivo profesional?
No, afortunadamente he dado muchas vueltas. Soy bióloga y elegí mi carrera porque me gustaba la genética, pero en las prácticas me di cuenta de que el laboratorio no era lo mío y decidí especializarme en medio ambiente.
Mi punto de inflexión fue realizar un máster en Ingeniería y Gestión Ambiental en la EOI y, así, conseguí mi primer trabajo. Inicialmente me dediqué a la gestión ambiental y social de proyectos de energía, desde su diseño, autorizaciones y seguimiento a lo largo de la construcción y operación.
Luego tuve la gran suerte de dirigir proyectos de desarrollo, como Euro-Solar impulsado por la Comisión Europea, con el que conseguimos proporcionar energía renovable, servicios educativos, sanitarios y comunicaciones a más de 300.000 personas que carecían de todas estas palancas de desarrollo. Fueron cuatro años apasionantes en los que viajé por América Latina constatando que la electricidad es una palanca indispensable para el desarrollo. Sobre todo en comunidades muy aisladas, si electricidad, situadas en la selva sobre las islas flotantes del lago Titicaca o en los desiertos de Perú. Ahí me enamoré de la energía, por su capacidad para potenciar el esfuerzo humano y contribuir al desarrollo y bienestar de las personas.
Hasta entonces daba por hecho que la energía siempre está ahí y ponía mucho foco en sus impactos negativos, pero no me había dado cuenta de los necesaria que es.
Ahora trabajo en la Dirección de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Naturgy, con una visión mucho más estratégica sobre aspectos clave como el cambio climático, la economía circular o la protección de la biodiversidad. Estamos en un momento muy interesante para el sector energético y es un lujo vivir de primera mano esta transición, sobre todo, ahora que los fondos Next Generation van a acelerar el cambio.
Además, me encanta la enseñanza y soy profesora en varias escuelas de negocio, donde disfruto compartiendo conocimiento y experiencias.
¿Cuál es la app más curiosa que tienes en tu móvil?
Windy, que es una app de previsión del tiempo que uso mucho para hacer montaña o buceo; dos de mis pasiones.
¿Qué presupone la gente sobre ti, y no es así?
La verdad es que nunca me había hecho esta pregunta… Intentaré averiguarlo ;).
¿Cuál crees que será la próxima revolución en tu sector?
En el sector energía llevamos ya varios años en plena revolución y tenemos por delante treinta años trepidantes. Desde el Acuerdo de París el cambio de modelo no tiene vuelta atrás y antes del 2050 renovaremos todas las infraestructuras y equipos que produzcan, procesen, transporten o consuman energía. El objetivo de Europa es ser neutro climáticamente en 2050 y el sector de la energía es una palanca clave para la descarbonización.
Esta transición tiene que hacerse al menor coste económico, ambiental y social. Afortunadamente, el precio de la generación renovable ha caído en picado en los últimos años y hoy es la manera más barata y sostenible de producir electricidad, por lo que continuará desarrollándose junto a los sistemas de almacenamiento.
La primera revolución que preveo son los gases renovables, que tendrán un papel decisivo en el viaje a la neutralidad climática.
A corto plazo, seremos capaces de masificar la producción de biometano, producido a partir de residuos orgánicos como nuestras basuras o los residuos ganaderos y agrícolas. Este modelo de economía circular producirá un gas renovable, neutro en carbono, y que también evitará los impactos negativos de dichos residuos sobre la naturaleza. Y a medio-largo plazo, el hidrógeno cubrirá gran parte de nuestro consumo energético.
La segunda revolución será la descentralización de la energía. De consumidores pasaremos a convertirnos en prosumidores. Es decir, además de consumir, también produciremos e intercambiaremos energía; será el internet de la energía.
Para terminar, creo que la tercera revolución será las soluciones basadas en la naturaleza. Se trata de resolver problemas ambientales desde una óptica natural, no industrial. Por ejemplo, mediante reforestaciones para capturar CO2, que reducirá el cambio climático y aumentarán la biodiversidad y el capital natural.
¿Cuál es la última canción que has escuchado o recuerdas?
Over the rainbow de Israel Kamaka. Es una canción que me relaja y me da muy buen rollo.
Cuéntanos alguna vez que hayas metido la pata en el trabajo…
No recuerdo ninguna metedura de pata épica, pero cualquier persona que intenta hacer cosas nuevas necesariamente se equivoca, sobre todo al principio; así que yo me equivoco mucho. Lo esencial es no tener miedo a fallar, reconocer nuestra responsabilidad, evitando echar la culpa a los demás para descubrir cómo hacerlo mejor la próxima vez y no volver a meter la pata.
¿Qué admiras y no toleras en una persona?
Admiro la capacidad de levantarse, la integridad, la curiosidad y la sonrisa. No tolero la arrogancia, la envidia y la injusticia.
¿Cuál es la decisión más valiente que has tomado en tu vida?
No me gusta nada volar, por lo que cada vez que me he montado en un avión ha sido una pequeña decisión valiente. Lo cierto es que he viajado muchísimo, tanto en mi vida profesional como personal. Si hubiese sucumbido a ese miedo, creo que me hubiese perdido las mejores experiencias.
¿Cuál es el primer momento que recuerdas en tu vida?
El primer recuerdo es de cuando era muy pequeña, menos de 3 años. Lo sé porque sucedió en mi primera casa antes de que nos mudáramos. Estaba con mi madre y unas vecinas cuando llegó la enfermera a ponerme una inyección. ¡Vaya! No es un recuerdo muy agradable, pero es mi primer recuerdo. Más allá de eso, tengo imágenes felices de mi niñez en Albacete con mi familia, primos, amigos…
¿A qué tres directivos/as te gustaría nominar?
Rosa María Sanz, Directora No Ejecutiva de Zero Waste y miembro del Consejo de Administración de Capital Energy e Iberpapel.
Cristina Raventós, Directora de EcoAct España.
Cristina Rivero Fernández. Directora del Departamento de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima en CEOE.
«Sustituye la queja por poner el foco en transformar las cosas» Nieves Cifuentes, Responsable de Medio Ambiente y Sostenibilidad en Naturgy
Nominada por Elena Blanco.
¿Cuál es el mejor consejo que alguien te ha dado?
El mejor consejo que me han dado es aprender a no hacer nada. Soy muy activa y tiendo a la multitarea, así que me sigue costando seguirlo. Pero lo cierto es que encontrar momentos de calma me ayuda a reconectar conmigo misma y a reflexionar con serenidad para saber que voy en la dirección adecuada.
¿Qué consejo nos darías?
Hay una frase que me gusta mucho: aquello en lo que te concentras crece, aquello en lo que piensas se expande, aquello por lo que te preocupas determina tu destino. En este sentido, el consejo sería sustituir la queja por poner el foco en transformar las cosas que no nos gustan, dejándonos guiar por nuestros valores.
Una cualidad indispensable para liderar…
Si me tuviera que quedar con una, elegiría la empatía. Liderar va de personas, de lograr que disfruten trabajando con un propósito común. Y para conseguirlo es necesario preocuparse por ellas, saber qué las mueve y ayudarlas a progresar. Además, en estos tiempos tan cambiantes, creo que también es imprescindible tener visión global, flexibilidad para adaptarse a los cambios y, por supuesto, actitud positiva.
Qué libro, podcast, canal de Youtube o contenido nos recomiendas…
Os voy a recomendar un par de ensayos interesantes y amenos de aquellos que se leen de un tirón. El primero es “El universo en un junco”, imprescindible para todos los que amamos los libros. Irene Vallejo, su autora, nos va llevando de la mano a través de la historia de la escritura, de los papiros, de las primeras bibliotecas… y nos cuenta con emoción cómo los libros han sido la correa de transmisión de las ideas a lo largo del tiempo.
El segundo es “Utopía para realistas”, de Rutger Bregman, uno de los jóvenes pensadores más interesantes del momento. Este libro es una reflexión sobre la globalización y el progreso a través de la historia, la filosofía y la economía. Utiliza los datos de manera magistral para exponernos ideas frescas y plantearnos soluciones bastante rompedoras. También soy muy fan de los podcasts. Entre mis favoritos están «Fitness Revolucionario» sobre salud y ejercicio o las encantadoras entrevistas de «La observadora».
¿Qué personaje histórico te gustaría tener en tu equipo?
A mi abuela. Aunque por las difíciles condiciones en las que vivió no pudo aprender a leer, era una mujer con una gran inteligencia natural. Tenía mucha resiliencia, nunca caía en la queja y transmitía una energía desbordante. Todas estas son cualidades que admiro y que creo que son imprescindibles a todos los niveles, tanto en la vida profesional como en la personal. Además, era la mejor cocinera del mundo.
¿Has tenido siempre claro tu objetivo profesional?
No, afortunadamente he dado muchas vueltas. Soy bióloga y elegí mi carrera porque me gustaba la genética, pero en las prácticas me di cuenta de que el laboratorio no era lo mío y decidí especializarme en medio ambiente.
Mi punto de inflexión fue realizar un máster en Ingeniería y Gestión Ambiental en la EOI y, así, conseguí mi primer trabajo. Inicialmente me dediqué a la gestión ambiental y social de proyectos de energía, desde su diseño, autorizaciones y seguimiento a lo largo de la construcción y operación.
Luego tuve la gran suerte de dirigir proyectos de desarrollo, como Euro-Solar impulsado por la Comisión Europea, con el que conseguimos proporcionar energía renovable, servicios educativos, sanitarios y comunicaciones a más de 300.000 personas que carecían de todas estas palancas de desarrollo. Fueron cuatro años apasionantes en los que viajé por América Latina constatando que la electricidad es una palanca indispensable para el desarrollo. Sobre todo en comunidades muy aisladas, si electricidad, situadas en la selva sobre las islas flotantes del lago Titicaca o en los desiertos de Perú. Ahí me enamoré de la energía, por su capacidad para potenciar el esfuerzo humano y contribuir al desarrollo y bienestar de las personas.
Hasta entonces daba por hecho que la energía siempre está ahí y ponía mucho foco en sus impactos negativos, pero no me había dado cuenta de los necesaria que es.
Ahora trabajo en la Dirección de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Naturgy, con una visión mucho más estratégica sobre aspectos clave como el cambio climático, la economía circular o la protección de la biodiversidad. Estamos en un momento muy interesante para el sector energético y es un lujo vivir de primera mano esta transición, sobre todo, ahora que los fondos Next Generation van a acelerar el cambio.
Además, me encanta la enseñanza y soy profesora en varias escuelas de negocio, donde disfruto compartiendo conocimiento y experiencias.
¿Cuál es la app más curiosa que tienes en tu móvil?
Windy, que es una app de previsión del tiempo que uso mucho para hacer montaña o buceo; dos de mis pasiones.
¿Qué presupone la gente sobre ti, y no es así?
La verdad es que nunca me había hecho esta pregunta… Intentaré averiguarlo ;).
¿Cuál crees que será la próxima revolución en tu sector?
En el sector energía llevamos ya varios años en plena revolución y tenemos por delante treinta años trepidantes. Desde el Acuerdo de París el cambio de modelo no tiene vuelta atrás y antes del 2050 renovaremos todas las infraestructuras y equipos que produzcan, procesen, transporten o consuman energía. El objetivo de Europa es ser neutro climáticamente en 2050 y el sector de la energía es una palanca clave para la descarbonización.
Esta transición tiene que hacerse al menor coste económico, ambiental y social. Afortunadamente, el precio de la generación renovable ha caído en picado en los últimos años y hoy es la manera más barata y sostenible de producir electricidad, por lo que continuará desarrollándose junto a los sistemas de almacenamiento.
La primera revolución que preveo son los gases renovables, que tendrán un papel decisivo en el viaje a la neutralidad climática.
A corto plazo, seremos capaces de masificar la producción de biometano, producido a partir de residuos orgánicos como nuestras basuras o los residuos ganaderos y agrícolas. Este modelo de economía circular producirá un gas renovable, neutro en carbono, y que también evitará los impactos negativos de dichos residuos sobre la naturaleza. Y a medio-largo plazo, el hidrógeno cubrirá gran parte de nuestro consumo energético.
La segunda revolución será la descentralización de la energía. De consumidores pasaremos a convertirnos en prosumidores. Es decir, además de consumir, también produciremos e intercambiaremos energía; será el internet de la energía.
Para terminar, creo que la tercera revolución será las soluciones basadas en la naturaleza. Se trata de resolver problemas ambientales desde una óptica natural, no industrial. Por ejemplo, mediante reforestaciones para capturar CO2, que reducirá el cambio climático y aumentarán la biodiversidad y el capital natural.
¿Cuál es la última canción que has escuchado o recuerdas?
Over the rainbow de Israel Kamaka. Es una canción que me relaja y me da muy buen rollo.
Cuéntanos alguna vez que hayas metido la pata en el trabajo…
No recuerdo ninguna metedura de pata épica, pero cualquier persona que intenta hacer cosas nuevas necesariamente se equivoca, sobre todo al principio; así que yo me equivoco mucho. Lo esencial es no tener miedo a fallar, reconocer nuestra responsabilidad, evitando echar la culpa a los demás para descubrir cómo hacerlo mejor la próxima vez y no volver a meter la pata.
¿Qué admiras y no toleras en una persona?
Admiro la capacidad de levantarse, la integridad, la curiosidad y la sonrisa. No tolero la arrogancia, la envidia y la injusticia.
¿Cuál es la decisión más valiente que has tomado en tu vida?
No me gusta nada volar, por lo que cada vez que me he montado en un avión ha sido una pequeña decisión valiente. Lo cierto es que he viajado muchísimo, tanto en mi vida profesional como personal. Si hubiese sucumbido a ese miedo, creo que me hubiese perdido las mejores experiencias.
¿Cuál es el primer momento que recuerdas en tu vida?
El primer recuerdo es de cuando era muy pequeña, menos de 3 años. Lo sé porque sucedió en mi primera casa antes de que nos mudáramos. Estaba con mi madre y unas vecinas cuando llegó la enfermera a ponerme una inyección. ¡Vaya! No es un recuerdo muy agradable, pero es mi primer recuerdo. Más allá de eso, tengo imágenes felices de mi niñez en Albacete con mi familia, primos, amigos…
¿A qué tres directivos/as te gustaría nominar?
Rosa María Sanz, Directora No Ejecutiva de Zero Waste y miembro del Consejo de Administración de Capital Energy e Iberpapel.
Cristina Raventós, Directora de EcoAct España.
Cristina Rivero Fernández. Directora del Departamento de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima en CEOE.
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