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«El sentido del humor es la herramienta de gestión más subestimada» Sergio de la Calle, Director de Programas y Faculty en Universitas Telefónica

Olvida el postureo.

Inspírate con la experiencia de directivos.

Nominado por Jordi Alemany.

¿Cuál es el mejor consejo que alguien te ha dado?
El que te comparto no es el mejor, pero sí el más curioso por las derivadas. Trabajé brevemente en una agencia de azafatas en el área de Selección y Formación. Una experiencia compleja para un varón de 25 años… Sobre aspecto físico, la que era mi jefa me dijo: «Si enseña por arriba, puedes contratarla. Si enseña por debajo, también. Pero si enseña por arriba y por debajo, mejor descártala». Todavía me pregunto que lógica imperaba detrás de ese consejo. La cuestión es que, fuera de ese entorno y aplicado al liderazgo de proyectos, me ha servido de gran utilidad en los Comités. Hay que saber lo que se enseña en cada momento, pero enseñarlo todo sin filtros suele ser un descarrilador.

¿Qué consejo nos darías?
Entrenar el disfrute. Si haces un esfuerzo consciente en generar espacio a la diversión en cualquiera que sea tu trabajo, terminarás encontrando el lado humorístico a casi todo. Y es un hábito que surgirá en los momentos en los que la risa es más necesaria; en las crisis, por ejemplo, ya sean profesionales o personales. Los proyectos más abrasivos en los que he participado, son aquellos en los que más me he reído. El humor tiene ese poder: convertir momentos ordinarios en extraordinarios.

Una cualidad indispensable para liderar…
Mantener el ego a dieta. Yo abordé la responsabilidad sobre equipos de una forma muy humilde, la experiencia fue sorprendentemente dulce y empecé a gustarme a mí mismo. En exceso. Las cosas me iban bien y cuan más grande era el proyecto que abordaba, la humildad seguía un viaje inversamente proporcional. Y no te das ni cuenta de eso hasta que te encuentras en una reunión diciendo las mismas imbecilidades que antes reprochabas a personas arrogantes y prepotentes. Si se hace un check al ego de tanto en cuanto, haces un detox seguro. O un ayuno intermitente de esos que se llevan tanto ahora…

Qué libro, podcast, canal de Youtube o contenido nos recomiendas…
Te comparto dos. La primera es la newsletter de La Despensa. No tiene mucha regularidad, pero la calidad y originalidad de los informes de su Happy Pantry es muy destacable y compensa con creces la cantidad; algo que creo está haciendo daño. Y la segunda, es Mejor Conectados, un espacio de mi empresa que alimenta el poder de las conexiones y comparte entrevistas de gente relevante que habla de cómo alcanzaron esa relevancia gracias a conectar con otros.

¿Qué personaje histórico te gustaría tener en tu equipo?
No soy muy de iconos o ídolos, la verdad. Admiro a determinadas personas porque abrieron camino… pero siempre me pregunto cuántos antes abonaron el camino y le facilitaron que alcanzara la fama. En ese sentido, creo que hay un montón de gente corriente que ha hecho historia y no han pasado a la historia. Pero, por darte respuesta, me inclino por Mark Twain que personifica, en mi opinión, el espíritu de la aventura, la exploración y la diversión que las organizaciones deberían incorporar a sus formas de hacer para ser más memorables.

¿Has tenido siempre claro tu objetivo profesional?
He de admitir que no. No estudié la carrera que quería porque no me dio la nota. Sin embargo, encontré en la sociología un espacio muy adecuado para mis capacidades. Hice un curso de verano sobre recursos humanos por casualidad y descubrí que era a lo que quería dedicarme. Llevo más de 20 años en esa área y no me canso. Intenté durante años dedicarme profesionalmente al cómic y no sucedió. Sin embargo, nunca planee escribir. Empecé a la vejez viruela a poner palabras juntas para estimularme intelectualmente y encontré una forma de expresarme inesperada. El año que viene publicaré mi cuarto libro… Así que espero seguir encontrándome sin esperarlo con cosas que me gusten y dedicarles tiempo, sin obsesionarme con el retorno. En ese sentido, diría que hay que planificar menos y dejarse fluir más.

¿Cuál es la app más curiosa que tienes en tu móvil?
Paint by number, un juego de pintar y colorear que conocí por mi peque, Valeria, que se lo descargó. Entro en trance… y tiene mucho que ver con mi propósito de dar color a las personas grises ;-).

¿Qué presupone la gente sobre ti, y no es así?
Diría que la gente asume que disfruto mucho con la compañía de otros y que me gusta ser el alma de las fiestas, por la temática de mis libros y de mi defensa del humor como herramienta de gestión. Pero disfruto enormemente de actividades individuales – creo que por eso se me está dando bien escribir -; y en grupo, me gusta escuchar más que hablar. Igualmente, cuando me contratan conferencias, algunos esperan un gran despliegue de recursos humorísticos y se extrañan cuando no es así. Y no es así porque los líderes de equipo llaman, sobre todo, a la sonrisa. Casi nunca a la carcajada. Hacer reír en el ambiente profesional tiene un valor. Pero es mucho mejor, hace reír y pensar.

¿Cuál crees que será la próxima revolución en tu sector?
Creo que el aprendizaje es uno de los campos que más disrupción admite. En los últimos años, no creo que los modelos educativos hayan evolucionada ni un 1% de lo que lo ha hecho la tecnología. Diría que eso va a cambiar cuando la IA y el Metaverso alcancen el desarrollo esperado. Y espero que no nos lleven a Matrix, precisamente ;-).

¿Cuál es la última canción que has escuchado o recuerdas?
Una canción que escucho intermitentemente es «A little less conversation, a little more action», de Elvis. Además de tener un ritmo endiablado, resume muy bien mi visión de los proyectos de recursos humanos. – Carajo, la he mencionado y ya se me ha metido en la cabeza; a little more bite and a little less bark, a little less fight and a little more spark. Come on, come on, come on… -.

Cuéntanos alguna vez que hayas metido la pata en el trabajo…
Diría que mi mayor metida de pata fue intentar lanzar un proyecto de gestión de conocimiento basado en los aprendizajes resultantes de proyectos que hubieran fracaso… y yo no di ejemplo, poniendo sobre la mesa uno de mis fracasos. Pedí a los demás algo que yo no fui capaz de hacer. Sin role modelling, no hay proyecto que salga bien.

¿Qué admiras y no toleras en una persona?
Admiro la persistencia porque es algo que a mí me falta. No tolero la gente que ama el sonido de su voz, algo que a mi me sobra 😉

¿Cuál es la decisión más valiente que has tomado en tu vida?
Profesionalmente hablando, un directivo me pidió quitarle un proyecto a un miembro de mi equipo sin razones substanciadas, simplemente por animadversión personal. Le contesté que no y que si lo hacía él, también me tenía que sacar a mi del proyecto. Sonaron todas las alarmas pero, finalmente, las cosas se quedaron como estaban… Es algo que nunca supo mi colaborador, pero ahora que me has preguntado, es lo que me ha venido a la cabeza, así que tuvo que estar bien.

¿Cuál es el primer momento que recuerdas en tu vida?
A mi viejo dándome un libro y diciéndome: «Hijo, con esto puedes viajar por todo el mundo sin necesidad de subirte a ningún avión».

¿Te ha parecido inspirador?
Compártelo con tu red.

«El sentido del humor es la herramienta de gestión más subestimada» Sergio de la Calle, Director de Programas y Faculty en Universitas Telefónica

Nominado por Jordi Alemany.

¿Cuál es el mejor consejo que alguien te ha dado?
El que te comparto no es el mejor, pero sí el más curioso por las derivadas. Trabajé brevemente en una agencia de azafatas en el área de Selección y Formación. Una experiencia compleja para un varón de 25 años… Sobre aspecto físico, la que era mi jefa me dijo: «Si enseña por arriba, puedes contratarla. Si enseña por debajo, también. Pero si enseña por arriba y por debajo, mejor descártala». Todavía me pregunto que lógica imperaba detrás de ese consejo. La cuestión es que, fuera de ese entorno y aplicado al liderazgo de proyectos, me ha servido de gran utilidad en los Comités. Hay que saber lo que se enseña en cada momento, pero enseñarlo todo sin filtros suele ser un descarrilador.

¿Qué consejo nos darías?
Entrenar el disfrute. Si haces un esfuerzo consciente en generar espacio a la diversión en cualquiera que sea tu trabajo, terminarás encontrando el lado humorístico a casi todo. Y es un hábito que surgirá en los momentos en los que la risa es más necesaria; en las crisis, por ejemplo, ya sean profesionales o personales. Los proyectos más abrasivos en los que he participado, son aquellos en los que más me he reído. El humor tiene ese poder: convertir momentos ordinarios en extraordinarios.

Una cualidad indispensable para liderar…
Mantener el ego a dieta. Yo abordé la responsabilidad sobre equipos de una forma muy humilde, la experiencia fue sorprendentemente dulce y empecé a gustarme a mí mismo. En exceso. Las cosas me iban bien y cuan más grande era el proyecto que abordaba, la humildad seguía un viaje inversamente proporcional. Y no te das ni cuenta de eso hasta que te encuentras en una reunión diciendo las mismas imbecilidades que antes reprochabas a personas arrogantes y prepotentes. Si se hace un check al ego de tanto en cuanto, haces un detox seguro. O un ayuno intermitente de esos que se llevan tanto ahora…

Qué libro, podcast, canal de Youtube o contenido nos recomiendas…
Te comparto dos. La primera es la newsletter de La Despensa. No tiene mucha regularidad, pero la calidad y originalidad de los informes de su Happy Pantry es muy destacable y compensa con creces la cantidad; algo que creo está haciendo daño. Y la segunda, es Mejor Conectados, un espacio de mi empresa que alimenta el poder de las conexiones y comparte entrevistas de gente relevante que habla de cómo alcanzaron esa relevancia gracias a conectar con otros.

¿Qué personaje histórico te gustaría tener en tu equipo?
No soy muy de iconos o ídolos, la verdad. Admiro a determinadas personas porque abrieron camino… pero siempre me pregunto cuántos antes abonaron el camino y le facilitaron que alcanzara la fama. En ese sentido, creo que hay un montón de gente corriente que ha hecho historia y no han pasado a la historia. Pero, por darte respuesta, me inclino por Mark Twain que personifica, en mi opinión, el espíritu de la aventura, la exploración y la diversión que las organizaciones deberían incorporar a sus formas de hacer para ser más memorables.

¿Has tenido siempre claro tu objetivo profesional?
He de admitir que no. No estudié la carrera que quería porque no me dio la nota. Sin embargo, encontré en la sociología un espacio muy adecuado para mis capacidades. Hice un curso de verano sobre recursos humanos por casualidad y descubrí que era a lo que quería dedicarme. Llevo más de 20 años en esa área y no me canso. Intenté durante años dedicarme profesionalmente al cómic y no sucedió. Sin embargo, nunca planee escribir. Empecé a la vejez viruela a poner palabras juntas para estimularme intelectualmente y encontré una forma de expresarme inesperada. El año que viene publicaré mi cuarto libro… Así que espero seguir encontrándome sin esperarlo con cosas que me gusten y dedicarles tiempo, sin obsesionarme con el retorno. En ese sentido, diría que hay que planificar menos y dejarse fluir más.

¿Cuál es la app más curiosa que tienes en tu móvil?
Paint by number, un juego de pintar y colorear que conocí por mi peque, Valeria, que se lo descargó. Entro en trance… y tiene mucho que ver con mi propósito de dar color a las personas grises ;-).

¿Qué presupone la gente sobre ti, y no es así?
Diría que la gente asume que disfruto mucho con la compañía de otros y que me gusta ser el alma de las fiestas, por la temática de mis libros y de mi defensa del humor como herramienta de gestión. Pero disfruto enormemente de actividades individuales – creo que por eso se me está dando bien escribir -; y en grupo, me gusta escuchar más que hablar. Igualmente, cuando me contratan conferencias, algunos esperan un gran despliegue de recursos humorísticos y se extrañan cuando no es así. Y no es así porque los líderes de equipo llaman, sobre todo, a la sonrisa. Casi nunca a la carcajada. Hacer reír en el ambiente profesional tiene un valor. Pero es mucho mejor, hace reír y pensar.

¿Cuál crees que será la próxima revolución en tu sector?
Creo que el aprendizaje es uno de los campos que más disrupción admite. En los últimos años, no creo que los modelos educativos hayan evolucionada ni un 1% de lo que lo ha hecho la tecnología. Diría que eso va a cambiar cuando la IA y el Metaverso alcancen el desarrollo esperado. Y espero que no nos lleven a Matrix, precisamente ;-).

¿Cuál es la última canción que has escuchado o recuerdas?
Una canción que escucho intermitentemente es «A little less conversation, a little more action», de Elvis. Además de tener un ritmo endiablado, resume muy bien mi visión de los proyectos de recursos humanos. – Carajo, la he mencionado y ya se me ha metido en la cabeza; a little more bite and a little less bark, a little less fight and a little more spark. Come on, come on, come on… -.

Cuéntanos alguna vez que hayas metido la pata en el trabajo…
Diría que mi mayor metida de pata fue intentar lanzar un proyecto de gestión de conocimiento basado en los aprendizajes resultantes de proyectos que hubieran fracaso… y yo no di ejemplo, poniendo sobre la mesa uno de mis fracasos. Pedí a los demás algo que yo no fui capaz de hacer. Sin role modelling, no hay proyecto que salga bien.

¿Qué admiras y no toleras en una persona?
Admiro la persistencia porque es algo que a mí me falta. No tolero la gente que ama el sonido de su voz, algo que a mi me sobra 😉

¿Cuál es la decisión más valiente que has tomado en tu vida?
Profesionalmente hablando, un directivo me pidió quitarle un proyecto a un miembro de mi equipo sin razones substanciadas, simplemente por animadversión personal. Le contesté que no y que si lo hacía él, también me tenía que sacar a mi del proyecto. Sonaron todas las alarmas pero, finalmente, las cosas se quedaron como estaban… Es algo que nunca supo mi colaborador, pero ahora que me has preguntado, es lo que me ha venido a la cabeza, así que tuvo que estar bien.

¿Cuál es el primer momento que recuerdas en tu vida?
A mi viejo dándome un libro y diciéndome: «Hijo, con esto puedes viajar por todo el mundo sin necesidad de subirte a ningún avión».

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